
La profecía autocumplida
¡Sabía que me dejarías!
A veces estamos seguros/as de que nuestra pareja nos va a engañar o va a romper la relación. Por ese motivo, intentamos actuar con cuidado y vigilar los posibles indicios que lo anticipan, procuramos no dejar ningún cabo suelto pero, finalmente, ocurre lo que esperábamos. En ese momento, se confirma nuestra teoría y nuestros esquemas mentales se vuelven aún más rígidos.
Una profecía autocumplida es el proceso mediante el cual una falsa creencia acaba provocando que un hecho esperado se convierta en realidad. “Cuidado con lo que deseas…” dirán alguno/as, y es que parece haber una correlación entre aquello que creemos que sucederá y lo que acaba sucediendo realmente.
Para poder hablar de profecía autocumplida tiene que haber pocos indicios (o muy ambivalentes) de que algo pueda ocurrir, y al menos una persona que, en base a esa serie inconsistente de señales, ponga en marcha un conjunto de actitudes y comportamientos que acaben causando que eso que teme se haga realidad.
Todo empieza con una creencia inicial
En el ámbito de la pareja, suelen verse dos profecías autocumplidas, la de la infidelidad y la de la ruptura.
- “Sé que me va a ser infiel”: quienes dicen este tipo de frases, suelen ser personas que han sido engañadas previamente en otras relaciones o que tienen problemas de autoestima. Estas pueden pensar “todos/as son iguales”, “yo no merezco una relación exclusiva” o pueden tener cualquier otra creencia no probada que la haga empezar a construir ideas sobre un falso suelo.
- “Sé que me va a dejar”: puede ser una frase repetida por personas que han vivido relaciones que siempre han terminado de la misma manera, personas que tienen una baja autoestima o miedo a sufrir y prefieren no ilusionarse.
Estas personas pueden interpretar cualquier hecho como una señal
Tienen sesgos cognitivos: seleccionan datos que podrían confirmar su creencia y desechan aquellos que la descartan. Finalmente cuentan con una serie de señales muchas veces inconexas pero que en su mente tienen relación:
“Mi novio tiene una compañera que se llama igual que su ex y el martes desayunaron juntos. Eso fue a las diez de la mañana y hoy, domingo, a la misma hora, le ha sonado el teléfono y todavía no me ha contado quién es”.
Este sería un ejemplo de información sesgada; podría ser que no tuviera nada que ver un dato con el otro, que estuviera obviando otras cosas, incluso sería posible que al novio le resultara molesto, y no agradable, recordar el nombre de su ex. No obstante, son datos que en última instancia podrían confirmar la infidelidad, y eso para la persona profeta significa coherencia y tranquilidad (por contradictorio que parezca).
Esa falsa creencia es tomada como una verdad absoluta
Después de varios sesgos cognitivos que aparentemente confirman su creencia, empieza la fase defensiva: quien está seguro de que se acerca una ruptura o una infidelidad, puede dejar de aportar cosas a la relación o tomar una actitud defensiva y hostil.
Esa falta de aporte positivo a la relación, la actitud defensiva y la hostilidad constantes pueden hacer que su compañero/a sufra hasta límites insospechados y acabe sintiendo rechazo y buscando consuelo en alguien más. Entonces la primera persona dirá “¡Lo sabía! ¿Lo ves como yo tenía razón?”
Como podrás ver, muchas veces la profecía se cumple porque hemos empezado a actuar en negativo y hemos dejado de aportar y cuidar todo aquello que era realmente necesario. Es decir, que las actitudes defensivas (y la falta de aportes positivos) son realmente la causa del desenlace derrotista que habíamos vaticinado.
¿Hay algo que puedas hacer?
No puedes controlar lo que piensas, pero sí tu comportamiento: no actúes como si tu profecía realmente se hubiera cumplido. Pon en duda tu creencia (que al fin y al cabo te hace daño) y dale a tu pareja el beneficio de la duda.
Si estás profetizando una infidelidad…
- Pregúntate si es en base a relaciones anteriores
- Busca, como mínimo, una explicación alternativa para cada una de las señales que creas encontrar
- No hables constantemente de este miedo con otras personas, no dejes que tu angustia invada tus otros terrenos; hazlo al revés: deja que los otros ámbitos de tu vida te distraigan y le quiten importancia a tu temor
- No lleves a cabo comportamientos controladores para “quedarte tranquilo/a”, solo alimentarás a tu miedo y seguirás concentrado/a en el mismo tema
- No cometas tú una infidelidad para vengarte de antemano
- Crea momentos bonitos con tu pareja
- Ten una comunicación fluida y de calidad y favorece vuestra unión emocional (esa suele ser la forma más segura de tener una relación sana y fuerte a la que no entren terceras personas).
Si estás profetizando una ruptura…
- Reflexiona sobre cómo acabaron tus relaciones anteriores
- Toma conciencia de tus cualidades positivas
- Ábrete a una conexión emocional sincera con tu pareja
- Planifica momentos bonitos con ella
- Sé cariñoso/a
- Aporta cosas positivas a la relación, en vez de estar pendiente de ganar todo lo que puedas dando lo mínimo posible
- No amenaces con romper la relación para sentirte poderoso/a
- Reflexiona sobre vuestros proyectos y sueños en común como pareja
- Mantén una comunicación fluida y de calidad
Entonces, ¿qué harías si tu pareja estuviera siendo fiel y pensara seguir contigo? ¿Cómo te comportarías? A falta de pruebas claras que confirmen lo que temes, ¡disfruta de tu relación!