
10 actitudes que delatan a alguien que te envidia en secreto
Quizás alguna vez te has sentido despreciado o infravalorado por alguien, y otras personas te han sugerido que lo que le ocurre a ese alguien es que te tiene envidia. Tú, pensando que no es posible, sigues en contacto con la persona envidiosa y tu autoestima va cayendo en picado.
Te hace comentarios aparentemente constructivos sobre lo que haces, consigues y te propones. Algunos comentarios son claramente negativos y otros llevan una pizca casi imperceptible de malicia. Lo cierto es que se te quitan las ganas de hablar con esa persona y de contarle tus cosas. Por otra parte, te preguntas si realmente haces todo tan mal. ¿Cómo saber si te tiene envidia o el problema eres tú?
10 actitudes que delatan a alguien que te envidia en secreto
1. Minimiza o pone en duda tus logros: para restar importancia a lo que has conseguido, o para autoconvencerse de que no está por debajo de ti, cuando consigues algo te dice que no hay para tanto, que simplemente tuviste suerte, que lo has conseguido de algún modo no ético o que te has saltado alguno de tus valores.
2. Exagera lo que consigues: parece que felicitar muchas veces a alguien es darle valor pero, ¿qué ocurre si felicitamos en exceso a una persona por algo muy pequeño? Probablemente pensará que estamos siendo irónicos. Otra variante de este comportamiento sería minimizarte directamente a ti: “está muy bien que hayas conseguido leer un libro, especialmente tú que no eres muy inteligente. Muy bien, muchas felicidades”.
3. Te recuerda que llevabas mucho tiempo sin conseguir nada: “¿Has acabado la carrera? Me alegro mucho de que al fin tengas un poco de suerte en algo”.
4. Te hace un “halago amargo”: te halaga por algo que haces bien, insertando en su frase una crítica. Por ejemplo, te dice que has hecho un trabajo estupendo y que no entiende por qué los demás compañeros han estado criticando tu proyecto a escondidas.
5. Te aconseja mal a propósito: si le dices que te gustaría comprarte un coche pero que no te llega y no quieres ir angustiado a final de mes, te dirá que vendas tu casa y te compres el coche. Si, en cambio, le dices que has estado unos años ahorrando para el coche y ahora que ya tienes el dinero te sientes un poco culpable por gastártelo, te dirá que mejor no lo compres, que ahorres para arreglar tu casa.
6. Cuando estás apunto de lograr algo, te dice todo lo que podría salir mal: si ve que estás apunto de conseguir el trabajo de tus sueños y que al fin te dará la estabilidad que tanto has anhelado, te preguntará si de verdad te crees capaz de hacerlo y si estás dispuesto a perder otras oportunidades. Es una táctica para crearte inseguridad y que no sigas hacia delante.
7. Te impone objetivos: ¿le has comentado que te gusta ir a bailar aunque no te salga del todo bien? A partir de ahora, cada vez que os veáis, te preguntará si ya te has apuntado a clases para aprender. ¿Estabas aburrido/a y has pintado un bigote sobre una foto de un señor? La persona envidiosa te comentará que si te gusta dibujar te puedes proponer apuntarte a un curso de dibujo. Entonces le dices que solo te estabas entreteniendo y que no te gusta tanto dibujar. Pero no importa, el tema de tus clases de dibujo volverá a salir una y otra vez, otros días. Al final, algo que te divertía te hará sentir poco formado y puedes llegar a desmotivarte.
8. Cuando has logrado un objetivo, el envidioso intenta convertirse en el centro de atención: sabe que has conseguido algo bueno y no se le ocurre nada que pueda quitarte mérito. En ese caso, opta por decirte que está triste por otra cosa o que una vez consiguió algo mejor, porque no soporta que seas el/la protagonista y así consigue desviar tu energía hacia él/ella y alivia un poco su sentimiento de inferioridad.
9. Sube el listón hasta el infinito: un día te ve escribir una postal y te pregunta si algún día vas a escribir un libro. Si, después de hacer muchos cursos sobre algo consigues un certificado, te sugieren que estudies la carrera entera. Si acabas la carrera, te dicen que eso es maravilloso, que a ver cuándo empiezas el máster. Si te compras una casa, te dicen que por algo se empieza y que algún día podrás tener un chalet.
10. Cuando estás alegre por haber conseguido algo, te dice que a él/ella no le interesa conseguir eso porque no está alineado con sus valores: “¿estás alegre porque tienes ropa nueva? Ah, es que como yo no soy materialista no lo entiendo, yo creo que el valor de las personas está en el interior” “¿Te ha tocado la lotería? Bueno, pues nada, que la disfrutes… A mí no me gustaría que me tocara, me gusta ganar el dinero por mí misma, sentirme capaz de conseguir cosas, no me gusta sentir que no valgo nada y que me lo están dando todo hecho.”
¿Y si realmente esa persona piensa que haces todo mal?
Si una persona es buena y te quiere, querrá lo mejor para ti. No disminuirá tus logros, no te recordará tus fracasos cuando estés alegre, no te aconsejará cosas que podrían ponerte en un claro peligro.
Si una persona piensa que haces todo mal pero no le afecta personalmente, no insistirá en rebajar tu alegría cuando consigas algo, no tendrá la necesidad de darte consejos maliciosos, de hacerte comentarios negativos ni de supervisar todo aquello que haces con tu vida privada. Si lo hace, se trata de una persona maleducada y entrometida. Cuando la frase “te lo digo por tu bien” viene de alguien a quien no le importas en absoluto o con comportamientos envidiosos, por favor, no te tomes completamente en serio sus palabras.
Maximo Tuero, en su texto No seas tan sincero, escribió un mensaje para las personas que “regalan” su opinión con fines egoístas:
<<Cuando nuestra sinceridad es capaz de bajar una autoestima, mejor quedémonos en silencio. Cuando nuestra “opinión” es capaz de desmotivar a alguien, mejor quedémonos en silencio. Cuando nuestra “crítica constructiva” es capaz de disminuir a alguien, mejor quedémonos en silencio. Porque “verdades” sin empatía y amor son conveniencias emocionales para satisfacer nuestro ego.>>
¿Has conocido a alguien que tuviera este tipo de actitudes? Comparte tu experiencia y deja un comentario.
¡Un abrazo!