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Campanilla es esa pequeña hada que acompaña a Peter Pan. Es resuelta y decidida y, gracias a ella, puede salir airoso de algunas situaciones. De hecho, también gracias a ella consigue volar y llegar al País de Nunca Jamás, un lugar en el que no existe el tiempo y se puede ser joven para siempre.

Campanilla quiere que Peter Pan crezca y deje de actuar y pensar como un niño, pero no está dispuesta a cuidar de él ni a explicárselo de forma cariñosa. Enfadada y decidida, lucha para conseguir sus fines, pero de una manera mucho más retorcida y manipuladora.

De ese personaje nace el concepto de “Mujer Campanilla”, un nuevo arquetipo en la sociedad. Se trata de mujeres que llevan a los hombres a vivir experiencias mágicas, a desvivirse por ellas… y finalmente a llorar ante sus pies.

La mujer Campanilla es exitosa en su vida profesional o, al menos, está altamente capacitada para llegar a serlo. Frecuentemente estas mujeres ocupan puestos de responsabilidad u obtienen resultados envidiables en el área laboral, despertando, incluso, la envidia de otras mujeres que no se han atrevido a apostar por su triunfo en ese ámbito.

Este tipo de mujer no tiene problemas para enfadarse o mostrar cuándo no está de acuerdo con alguien, especialmente cuando se trata de un pretendiente o de su pareja. Toma el rol dominante en sus relaciones y exige que se la complazca en aquello que quiere.

Ha llegado a la conclusión de que no quiere o no necesita cuidar de ningún hombre (ni de sus hijos) para ser feliz. Aún así, es atractiva y seductora, y sabe cómo hacer que un hombre caiga rendido a sus encantos. Puede vivir envuelta de admiradores y pretendientes, y jugar con las esperanzas de todos ellos, mientras elige con cuál se va a quedar.

Cuando no es feliz en una relación, pone los límites convenientes (a veces de forma directa y, otras veces, pasivo-agresiva) y se marcha. No está dispuesta a perder su tiempo con alguien que le hace daño o que no la hace feliz. A veces, es realmente exigente y su nivel de tolerancia es muy bajo: tiene claro que primero está ella y que nadie le tiene que quitar ese lugar.

A grandes rasgos, parecería una mujer fuerte y decidida, y con mucha suerte pero, ¿cuáles son las consecuencias de su personalidad?

 

El precio de su personalidad

Campanilla puede llegar a ser insoportable. Su carácter déspota y caprichoso podría sacar de quicio a cualquiera, y ella no está dispuesta a dejar que eso ocurra, porque quiere que se la complazca en todo. Esa encrucijada hace que sus relaciones sean tristes e insatisfactorias. Enseguida se siente insatisfecha con lo que es (y le da) el otro y acaba por abandonarlo o subir sus estándares hasta agotarlo.

Cree que todo el mundo debería quererla como es y aceptar sus defectos, y eso la puede llevar a muchos chascos ya que, de hecho, para convivir o relacionarse con ella hay que tener mucha paciencia y sobrellevar su baja tolerancia.

Su inmenso miedo a comprometerse y a asumir sus verdaderos sentimientos hace que se centre más y más en el trabajo y en seguir manipulando a los hombres hasta que caigan antes que ella. No les gusta sentirse enamoradas ya que ese es un sentimiento complejo que las puede llevar a sufrir, y ven el hecho de estar en una relación como una debilidad, un ataque para su ego de mujer independiente que no necesita nada de nadie. Viven, por tanto, en una continua represión emocional.

 

¿Qué factores la han llevado a ser así?

La personalidad Campanilla suele formarse en la infancia, y está basada en la represión emocional, la autoexigencia y la inmadurez. En algún momento aprendieron a dejarse a sí mismas a un lado (a nivel afectivo) y a cumplir con las expectativas que su familia esperaba de ellas. No obstante, estas expectativas no tienen que ver con un arquetipo tradicionalmente femenino; ellas quieren triunfar laboral y socialmente y no llorar ni necesitar nada de nadie, como se espera, aún en muchas culturas, de los hombres.

Crecen haciéndose las fuertes, alimentando un ego que en realidad es frágil. No quieren mostrar tristeza ni pedir nada, solo exigir y ser satisfechas. Están enfadadas porque creen que, de pequeñas, no recibieron todo el afecto que merecían, y se lo hacen pagar a los hombres hasta el infinito.

Detrás de la fachada que han creado de mujer fatal, se esconde una niña que necesita ayuda. Alguien tomó el control de sus emociones demasiado pronto. Esa niña está en realidad impaciente por recibir amor y por embarcarse en una relación profunda pero, para permitirse eso, su parte adulta tendría que reconciliarse con la más infantil y aceptar que, igual que cualquier otro ser humano, tiene necesidades afectivas y no es emocionalmente independiente.

 

Entonces, ¿cómo se cura este síndrome?

Este síndrome se puede superar haciendo terapia psicológica y reconectando con esa niña interior a la que la mujer Campanilla dejó a un lado hace tanto tiempo. Como hemos mencionado, se trata de que haga las paces consigo misma, y acepte esa parte de su personalidad que no le gusta y que la hace sentir débil. Eso y un aumento sano de la autestima (y no de ego) serán las bases de un tratamiento exitoso para este tipo de complejo.

 

Campanilla quiere que Peter Pan crezca y deje de actuar y pensar como un niño, pero no está dispuesta a cuidar de él ni a explicárselo de forma cariñosa. -       
 

¿Conoces a alguna mujer Campanilla? ¿Eres una de ellas? Comparte tu experiencia y deja un comentario.

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