La trampa de las personas abusadoras para crear dependencia
Una pareja es alguien que suma algo positivo a nuestra vida. Una persona que nos respeta y nos quiere y que la mayor parte del tiempo nos hace sentir bien. Estar con esa persona nos resulta agradable, es como un alivio para el alma.
Una relación es como un hogar. Un lugar donde podemos celebrar logros, ser felices, estar tranquilos y descansar. Es un lugar donde curarnos y protegernos, un refugio en el que podemos coger fuerza. Ahí podemos sentirnos aceptados y queridos, incluso cuando nosotros mismos hemos dejado de querernos.
Imagina que llegas a casa triste y con heridas en los pies porque se te han roto los zapatos. Te has hecho daño caminando por la calle, y lo que te apetece es encontrar un balde de agua templada y unas zapatillas cómodas. Superando tus expectativas, además, alguien se ocupa de poner “Te quiero” en ellas.
Ahora imagina que llegas a casa con los pies dañados y encuentras el suelo lleno de chinchetas, por lo que tienes que volver a ponerte los zapatos rotos o bien recogerlas y hacerte daño también en las manos.
¿Cuándo es demasiado?
Entiendo que si estás leyendo estas líneas es porque las críticas de tu pareja te parecen malintencionadas. No hay un baremo que marque un número normal de comentarios negativos: si su intención es minar tu autoestima, una vez es suficiente.
Por lo tanto, cometes un error de base al pensar que tu pareja te critica demasiado, y el error consiste en seguir viéndolo como una pareja. Si tienes dudas sobre si sus críticas son constructivas, puedes empezar cambiando en tu mente la palabra “pareja” por “esta persona” y quitarle esa categoría tan valiosa en tu espacio interior. Esta diferencia en el lenguaje te ayudará a tomar conciencia de la gravedad del asunto.
El hecho de que no seas una persona perfecta no le da derecho a hacerte sentir mal por ello. El respeto es la base de cualquier relación. Respetamos a los desconocidos, ¿cómo no vamos a respetar a los conocidos? ¿En qué cabeza cabe no respetar a la persona con la que has elegido compartir tu vida? Si no hay respeto, no hay relación. Y si no hay relación, no podemos hablar de relación de pareja.
¿Cómo puedes saber si hay críticas destructivas en tu relación?
- Tu pareja no cuida las palabras cuando hace una crítica.
- Sientes que está esperando a que te equivoques en algo para poder quejarse.
- Desde que estás en esta relación, tu autoestima ha disminuido.
- Cuando te ocurre algo bueno, no se lo explicas para que no le quite importancia.
- Cuando te ocurre algo malo, prefieres no contárselo porque sus comentarios empeorarán tu estado de ánimo.
- A medida que avanza la relación, hablas menos y te muestras más sumiso/a.
- Tienes síntomas de agotamiento emocional.
- Sientes que esta persona está harta de ti y que te hace un favor estando a tu lado.
Muchas veces, las críticas constantes llevan a la víctima a centrarse en mejorar. Normalmente, ese “intentar mejorar” se acaba traduciendo en no hacer nada para no equivocarse. Es una trampa mortal. Quien no hace nada para no salir herido, simplemente está creando una coraza para poder soportar mejor los próximos ataques: ahora ya no quiere tener éxito ni hacer las cosas bien, ahora quiere ser fuerte. Y ese objetivo es el caldo de cultivo perfecto para continuar con una relación dañina.
Traiciona a tu propio ego
Nunca permitas que alguien te haga creer que si aguantas más dolor serás más fuerte. No hagas ver a tu pareja que tú aguantas lo que sea porque “él o ella” no es tan importante y no te hace daño. Ese ser todopoderoso que aparentas ser es una invención de tu pareja, un ego que te ha obligado a construir. Tienes que traicionar a tu ego, haciendo lo que jamás te permitiría hacer: llora, di que te hace daño.
Es algo que la otra persona jamás podrá rebatir. Solo tú sabes cómo te sientes, y expresarlo te hará fuerte de verdad. Al fin y al cabo, el ego es lo más frágil de la psique humana. ¿Qué es lo peor que te puede pasar? ¿Que te diga que si lloras eres débil?
Hay que ser muy valiente para llorar y expresarse. Especialmente, hay que ser valiente para romper el juego psicológico en el que estás. Las críticas destructivas tienen la finalidad de mantenerte en la relación y, si sales de ella, habrás ganado. Mientras sigas dentro de ella, habrás perdido.
¿Y si quiere dejarte?
¿Te has planteado que sus críticas pretendan provocar una ruptura? Algunas personas inmaduras hacen esto. Eso también puede llevarnos a “hacernos los fuertes” para hacerle ver al otro que no puede con nosotros. De nuevo, estaríamos entendiendo el hecho de seguir con la relación como ganar el juego. No obstante, aunque esa persona no tenga por lo general un perfil antisocial, criticar a alguien para que te deje también tiene un componente narcisista, ya que se pretende conseguir que la víctima se vaya, pero sintiendo que es culpa suya y, por tanto, con cierto grado de dependencia emocional.
¿Te ha ocurrido alguna vez? Comparte tu experiencia y deja un comentario.
¡Un abrazo!